Hola! Y parece que el día de hoy será el día de las aguas en este blog, jeje. Bueno, el calorón que hace en Monterrey lo amerita, no? Andamos oscilando alrededor de los 40 grados C todos los días!!! A veces más, casi nunca menos. Al menos hoy amaneció nublado y se dejaron caer unas gotas de agua. Gracias a Dios! Porque esto se estaba poniendo cada vez más caliente, ufff!
Y pues a propósito de las aguas, como ya les comentaba, les cuento que lo que más tomo desde hace 4 años (que me embaracé de mi tercer hijo), es AGUA natural. Dejé los refrescos, las aguas súper endulzadas, los «jugos» de tetra-pack, por supuesto! Y a veces si siento que le falta color o sabor a mi agua, ja. Pero para esos días, sobre todo cuando voy a restaurantes, pido agua mineral con limón. Para sentir la burbuja, jeje. Pero para nada se me antojan ya los refrescos. Lo que sí me ha pasado últimamente, y raro, porque como les decía aquí estamos casi ardiendo, es que NO se me antoja mucho el agua! Como quiera me la tomo, pues no me queda de otra. Pero como que siento que quiero otro saborcito. Y pues tanto rollo, para decirles que encontré algo, que me parece bueno, que sació mi antojo de un poquito de sabor en el agua que me tomo.
En mi mente se me antojaba como que un té, pero frío, obviamente. Aunque quería un sabor más suave. Así es que me salí al patio, corté una ramita de hierbabuena y otra de romero. Me metí a la cocina y puse agua a hervir, como 2 tazas. Cuando estaba hirviendo, agregué las dos ramitas. Las dejé que hirvieran 1 minutito y apagué el agua. Las dejé reposar más tiempo, hasta que se enfriara un poco el agua. Puse la deliciosa infusión en una jarra, con otras dos tazas de agua fría y agregué un poco de azúcar mascabado. Le puse hielos a mi vaso y bueno … Quedó buenísima! Justo lo que me pedían mis sentidos. Hasta mis hijos me quitaron ;).
No tienen que ser esas hierbas. Pueden usar las que tengan o se les antojen ;). Que tengan un muy bonito día!