No esperes a vender el comedor para arreglar la silla

Lo que voy a compartirles hoy me pasó hace mucho y lo recordé hace unos días que estaba escuchando el podcast Happier, de Gretchen Rubin -> «No esperes a mudarte para limpiar tu departamento». Este es un episodio de los de la serie «little», en los que en unos 2-5 minutos habla sobre algo que podría hacernos sentir más felices.

Específicamente en este, platica sobre la experiencia de una de sus amigas que tenía que entregar su departamento de la Universidad. Para que le regresaran el depósito de la renta, tenía que dejar el lugar limpísimo. Mientras limpiaba y veía cómo se transformaba el lugar quedando muy bonito, le dijo a Gretchen: «no esperes a mudarte para limpiar tu departamento». 

Me pasó algo muy parecido hace unos 12 años. Puse en venta mi primer comedor. Para entregarlo me puse a repararlo. Lavé los asientos, ajusté las sillas y la mesa con una llave allen y quedó increíble. Me arrepentí de haberlo vendido. Pude haberlo disfrutado más tiempo en buen estado, pero lo dejé que se deteriorara hasta que tuve no me quedó opción de arreglarlo.

A veces así pasa, dejamos que las cosas se acumulen o se deterioren a tal grado que lo único que se nos ocurre es deshacernos de ellas. Creo que haré una lista de las cosas que me gustaría mejorar en mi entorno y empezar a reparar, limpiar, pintar y organizar lo que se necesite para estar en un lugar que me guste más. ¿Te gustaría intentarlo? Cuéntame qué es lo primero que harás ;).

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