Navidad en un Pueblo muy muy lejano

Puede parecer exagerado, muy muy lejano, jeje. Pero 7 horas y media en carro con 3 niños que a la mitad de la primer película que llevábamos para «entretenerlos» dijeron que les aburría, ufff!   Siempre había dado buen resultado eso de llevar las famosas pantallitas, pero esta vez supongo que no fueron la mejor idea. Tuvimos que recurrir a los juegos del celular por un tiempo. Pero de todas formas no fue suficiente. Hasta que decidimos apagar todos los gadgets y dejar que se aburrieran. Así de simple.

¿Qué de malo tiene aburrirse después de todo? No siempre tenemos que estar «haciendo algo» o con el cerebro ocupado. ¿Porque no sólo ver por la ventana el paisaje? Hasta donde yo recuerdo eso era lo que yo hacía cuando era pequeña y me tocaban viajes largos en carro. Me aburría, me desaburría sola, miraba por la ventana, me dormía, pensaba o no pensaba, hacía consciente el dolor de espalda por estar tanto tiempo en la misma posición. Ver a mis hijos desesperados por «hacer algo» mientras están ahí sentados me hizo reflexionar mucho.

Yo misma me cacho en esa actitud en mi vida diaria de vez en cuando :s. Siento que es una necesidad generalizada por el estilo de vida que hemos adoptado en los últimos años. Entonces, mientras tengo la lavadora haciendo lo suyo, pongo algo a hornear y yo aprovecho el tiempo preparando la sopa, lavando los trastes, escribiendo un post o tomando fotografías. No es raro entonces, que los hijos no quieran perder tiempo haciendo nada. Pero y nuestro cerebro ¿cuándo descansa?

Pero bueno, este tema podría tomarnos muchísimos párrafos más. Lo que yo les vengo a compartir es lo que hicimos llegando a ese pueblo muy muy lejano. Ya les había contado que me desconectaría del blog para la Navidad. Y vaya que me desconecté! El pueblo, La Esmeralda, Coahuila, es donde nació mi suegro y allá estuvimos varios días. Sin celular y mucho menos internet. Realmente relajanteeee. Sobre todo por la conexión que se generó entre todos ante la desconexión y por la oportunidad de hacer cosas que no se hacen todos los días en las ciudades.

Apenas desayunábamos, nos íbamos de paseo «al monte», a buscar «tesoros»: piedras, fósiles y pedazos de meteoritos. También llevábamos un detector de metales, no fuera a ser que hubiera algo enterrado por ahí. Cada vez encontrábamos alambres más raros, jeje. Esmeralda, está muy cerca de la Zona del Silencio y por eso se da la atracción de meteoritos. Es increíble! Ya se imaginarán a los niños encontrando pedazos de estrellas del cielo! Una experiencia sin igual.

el vocho

{nuestro medio de transporte en la sierra}

buscando tesoros-2

{buscando tesoros}

Por supuesto que no nos daba tiempo de regresar a comer a la casa. Entonces, los campamentos en la sierra eran inevitables a medio día. A buscar unas piedras grandes para colocar la parrilla y un poco de leña para hacer la lumbre y calentar la comida. Así transcurrían los días en la lejanía. Altamente disfrutable.

campamento esmeralda

{el campamento este año}

café en campamento

{mismo lugar, hace un año}

Y qué tal llegar por la tarde, ya cansados y descubrir que el foco de la panadería está prendido! Y la puerta abierta! Emoción total. Las tortas con francés recién salido de queso con frijoles y aguacate nos caían de súper lujo.

Aquí les dejo un videito que tomé de Don Carlos preparando el pan 😊. Una bendición haber podido ser testigo de la magia que crea con sus manos todos los días desde hace 40 años. Una verdadera maravilla. Y como casi ni me gusta eso de hacer pan, ufffff!

 

Finalmente, nos tuvimos que regresar. Aunque nos quedan recuerdos muy bonitos de aquel lugar. Tuvimos una muy tranquila, pero Feliz Navidad en familia. Espero que la suya haya sido muy Feliz también. Y sobre todo, que la Buena Noticia de ese día nos acompañe todo el año. Que el amor de El que nació entre nosotros nos colme de gozo. Reciban mis mejores deseos y del pequeño Jesús montones de bendiciones.

 

Algunas fotos de mi celular y del de mi amado 😊. {Chequen la gasolinera y el reloj que siempre marcaba la misma hora -muy retro-}.

Una respuesta a “Navidad en un Pueblo muy muy lejano”

  1. Oh my goodness!!! El pan!!!! Que señor tan más talentoso, en dos segundos hací dos panes!!!! Tan rápido lo hizo que le tuve que regresar al video para ver la técnica jajaja y en verdad que dan ganas de darle un mordizco a la pantalla jeje. Qué padre que se la pasaron de lujo desconectados del ajetreo. Que pasen un bonito fin de año Ana. Te mando un fuerte abrazo!!!

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: