Debo admitir que tengo una ligera «obsesión» por preparar todo desde cero. Al menos en la cocina. No me gusta la palabra obsesión, por eso la entrecomillé, ja. Pero creo que eso es. O no!! Más bien debería describirlo como un gusto, un sano gusto por CREAR en la cocina. Suena diferente!! Muy bien.

Habiendo resuelto cómo describir lo que me pasa, les puedo contar con una sonrisa que esta semana estuve preparando una buena cantidad de rica y crujiente GRANOLA!
Si, desde cero, desde la avena laminada. Y así, añadí de todo lo que tenía en la alacena y refrigerador. No es sorpresa que siempre quede diferente. Pero se justifica y todos aquí ya saben que comen granola artesanal. Así que ya nadie (aquí), busca que la granola de esta semana sea exactamente igual que la de la semana o el mes pasado.

No es que haga granola toooodas las semanas. Hay rachas en las que no falta, pero hay otras en las que descanso de prepararla y mi familia de comerla. Creo que es una forma natural de variar lo que incluimos en nuestra dieta. No es tan sólo palomear lo que falta en la alacena. Va más allá. Desde el gozo de preparar lo que va a haber para comer, hasta la satisfacción de ver que todos lo han disfrutado. Cuando pasa esto no sólo comparto mi comida, sino que me comparto yo también. En esa granola, yogurt o pan va un pedacito de mi corazón. No se puede obviar el ingrediente del AMOR. Aunque parezca sólo algo romántico de mencionar, en realidad pienso que hace que todo sepa diferente y nutra diferente.

Cuando me canso y no preparo cosas así, también soy capaz de relajarme. No voy y compro granola al súper, porque, aunque suene a presunción, me gusta más la mía. Entonces, es cuando entra la variedad. Simplemente, comemos otras cosas. Y es cuando en lugar de un plato con fruta y granola, desayunamos crepas rellenas de plátano y bañadas con ganache de chocolate (mmmmh se me antojó),  o le variamos con papitas con tomate o algo así, diferente.

A tí, ¿qué te gusta desayunar? ¿y qué te gusta preparar desde cero?