¿Qué ha sido para mi, SER MAMÁ? Es una pregunta que empieza a rondar en mi cabeza cada vez que se acerca el mes de Mayo, desde hace 11 años. Pues les cuento que este año lo siento así: como una aventura totalmente diferente a cómo yo pensaba en mi juventud que sería ser mamá. Me trataré de explicar mejor.
Hace mucho, mucho tiempo … yo era una persona perfectamente organizada que trabajaba en una empresa multinacional haciendo las compras internacionales. Era el tipo de trabajo que siempre pensé que tendría. En una bonita oficina, climatizada, con un horario más o menos bien establecido (jaja, me río porque solía salir más tarde de lo que decía mi contrato), con mis respectivos descansos, mi taza de café que me llevaba la Sra. Celia por la mañana y como era LA DE COMPRAS, siempre había alguien al otro lado del teléfono tratando de adularme, obvio, para que comprara su producto. Dentro de la empresa era una persona importante, aunque mi sueldo no lo reflejara, jaja. Mi último compromiso antes de retirarme porque iba a nacer mi hija, fue el de poner mi granito de arena para que la empresa obtuviera una certificación de ISO-9000. Granito de arena que valía el 33% de la certificación ;). Todo eso me hacía sentir muy importante!
¿Y a qué voy con todo esto? Pues a que en realidad antes de ser mamá nunca me había visualizado como una, o al menos no como una mamá que se queda todo el día en su casa «sin hacer nada» (What! Sin hacer nada! No sabía lo que pensaba, definitivo!). Cuando era niña, pensaba que cuando creciera, yo trabajaría, no sabía aún haciendo qué, ni en dónde, lo que si sabía era que ser ama de casa no era uno de mis planes. Cuando yo era niña, quedarse en casa no era algo que quisieran las personas. O al menos esas eran las señales que me llegaban con aquello de «estudia para que seas alguien en la vida», «para que trabajes y ganes tu propio dinero» y tantas frases más, algunas hasta dolorosas, «…para que no termines todo el día en la casa». Y claro que me imaginaba con hijos, pero como que no me había quedado muy claro lo que haría con ellos mientras iba al trabajo, vistiendo un hermoso traje sastre perfectamente planchado. Cuando trabajé, nunca fui de traje sastre, jaja. O bueno, creo que alguna vez, al principio, o en alguna ocasión especial.
Pero, ¿qué pasó cuando estaba a punto de dar a luz a mi chiquita, a mi primera hija? Tuve que hacer planes de emergencia y cambiar toda expectativa acuñada en el pasado, de mi futuro! Porque por más que hacía cálculos, por más que me rehusaba a la idea de ser AMA DE CASA. Yo, la licenciada egresada del Tec! Por más que lo pensaba y lo pensaba, no me imaginaba teniendo que dejar a Sofi con alguien más cuando cumpliera 40 días de nacida. Y bueno, claro que tuve todo el apoyo de mi esposo para tomar esa decisión, (lo cual, agradezco enormemente todos los días). Los dos pensamos que era lo mejor en ese momento, aunque ya no tendríamos mi sueldo, que aunque no era mucho, de algo servía. Y fueron meses de pensarlo una y otra vez.
Y bueno, eso fue lo que decidí en aquel momento. Quizá pude haber decidido seguir trabajando y ser mamá también y seguro habría encontrado la forma de ser feliz. De ninguna manera quiero que se entienda como que quedarse en la casa es la única buena decisión. Para nada! Soy de la idea de que no se puede juzgar a nadie a menos que estemos en sus mismísimos zapatos. Y con esto me refiero a los mismos, mismos, desde siempre. Cada quien tenemos nuestra historia y podemos sacarle provecho a cualquiera. Cada quien tenemos una manera diferente de aprender cosas.
Pues ahí vamos! A tener a nuestra primer beba! Al principio todo era emoción, desvelos, mucho trabajo y mucho cansancio físico, pero muchas sorpresas, muchas visitas, mucha expectativa, un poco de confusión una que otra vez. Pero ahí la llevábamos, estrenándonos como papás. Pero de pronto, todo se empezó a volver rutinario y siguió siendo cansado, mucho más cansado que al principio. Entonces, empecé a sentirme excluida de la sociedad. Me desesperaba no hablar con otras personas de mi edad. Y sentía que mi esposo era afortunado por salirse a trabajar y hacer otras cosas que sólo estar en la casa. Sentía que mi voz y mi brillo se apagaban lentamente. Y hubo momentos en los que me llegué a arrepentir de la decisión de quedarme en casa.
Hace 11 años, no había todo esto del internet que hay ahora, ni demasiada información. Creo que ni Facebook! Pero no se como llegó llegó a mi la historia de una mujer a la que todo mundo criticaba por haber decidido dejar su prometedora vida profesional para quedarse en casa para cuidar a su bebé. Cabe mencionar que era egresada de Harvard, de donde se había graduado con honores y toda la cosa. Pues resulta que ella contestaba a estas críticas diciendo que quién mejor preparada que ella para criar a sus hijos, ya que tenía una brillante carrera en Harvard. Y su respuesta sigue siendo inspiración para mi todos estos años después.
No he podido encontrar la historia. Se las quería compartir con todos sus detalles, pero la verdad no sé ni de donde llegó. Y ahora que lo pienso, no importa tanto la fuente bibliográfica. Lo que creo que realmente es el hecho de que me hizo reflexionar y me ayudó a abrazar la decisión de dedicarme a ser MAMÁ. ¿Quién mejor que yo para encargarse de aquella pequeñita? ¿Quién mejor que yo que la amo tanto?
Y con esa resolución, empezó el verdadero camino de una MAMÁ que se esfuerza todos los días, desde hace 11 años, por ser la mejor mamá para sus hijos, o sea yo :). Y cabe mencionar que no ha sido fácil, y que las cosas no siempre han sido color de rosa. Que a veces grito y se me ha salido dar una que otra nalgada :s. Nada de cuentos de hadas. Ha sido más bien como viajar en una montaña rusa, con muchas subidas, pero muchas bajadas también. Sin embargo, ya no me arrepiento de haberme quedado. He aprendido que mi trabajo en casa también es muy importante.
Me alejé del sueño inicial, pero para mi sorpresa, el viaje ha sido muy gratificante. He encontrado a alguien dentro de mi que me gusta mucho. He descubierto que soy capaz de hacer cosas maravillosas que no me hubiera dado la oportunidad, ni siquiera de probar, si no fuera por mis hijos. No queda ni sombra de la Licenciada en Comercio Internacional de aquellos días de mi juventud. Pero se ha abierto paso la chef, la fotógrafa, la diseñadora, la experta en plantas y hasta escritora salí. ¿Qué tal?
Y antes de dejarles algunos tips que a mi me han servido en este trayecto, quiero hacer un reconocimiento a las mamás, que han tenido que regresarse a trabajar después de los 40 días de «incapacidad». Son mamás encargadas de sus hijos también, sólo que lo tienen que hacer en horas extras y haciendo malabares para cumplir con todo. Conozco a varias así y las admiro muchísimo :*.
Ahora sí, por aquí les dejo algunas cosas que a mí me han ayudado en mi tarea de ser MAMÁ :).
- Cuando sentía que necesitaba hablar con otras personas de mi edad, me sirvió mucho meter a Sofi a clases de estimulación temprana. Tenía la oportunidad de salirme un poco de la rutina y de platicar con otras mamás que pasaban por cosas similares a las que yo pasaba. Además, pasaba un buen rato con mi bebé, en un ambiente especial para nosotras dos y eso me hacia sentir muy bien :). Me ayudaba a sentirme más en control de la situación.
- Tener un horario bien establecido para la hora de dormir del bebé. En alguna plática, de las que organizaba el centro de estimulación temprana al que iba, escuché sobre la importancia que tenía en aquel entonces que los niños tuvieran horarios de sueño bien establecidos, que porque a ellos les daba seguridad. Y esto no estaba documentado en los estudios, pero a mi el horario de sueño de mi bebé me servía mucho, porque así, yo tenía un tiempo, al final del día que era muy importante para mi, para hacer mis cosas.
- Hacer «rutinas». Por ejemplo, establecer que antes de dormir, se baña y se le cuenta un cuento. Poco a poco el bebé se iba acostumbrando a que cuando lo bañas y le cuentas un cuento, sigue dormir. esto les da seguridad, porque pueden saber exactamente lo que va a pasar en un determinado momento.
- Aprendí sobre la lucha de poder y «los terribles dos». Yo me desesperaba mucho con mi hija cuando tenía como 1 año y medio, porque sentía que todo lo que hacía era para molestarme, las travesuras, cuando no me hacía caso o hacía lo contrario a lo que le pedía. Pues resulta que es normal a esa edad. No es nada personal, sino que es una etapa del desarrollo sociomoral por la que todos pasamos. A esa edad el niño quiere establecer que el o ella tiene el poder, que se hace lo que ellos quieren. Pero no es por molestarnos, sino que así es. No sé porqué, tan solo saberlo, cambio mi perspectiva. Quizá te sirva saberlo también.
- Cede un poco de poder, en lo que se pueda. Cuando están en esta etapa en la que quieren tener el poder, seguro van a querer decidir qué ropa ponerse o qué comer. Hay cosas en las que puedes dejar que ellos decidan solos. Habrá otras ocasiones en las que puedes relajarte y dejar que decidan dentro de algunos límites. Supongamos que van a una boda, y el niño quiere ponerse su pijama favorita para ir. Te puedes enganchar en la lucha de poder o darle opciones. Darle a escoger entre el trajecito azúl o el negro. El va a decidir, no tu ;).
- Cuando dices que NO, tiene que ser NO. Te costará un poco al principio, pero después varias veces, cuando digas NO, será NO, sin tanto lío.
- Mucho cuidado con amenazar con que «si sigue así» se van a tener que ir. A veces es lo que el niño quiere, irse de donde están, jaja. Y si dices que se van, se tienen que ir. Cuando dices algo, lo tienes que cumplir para que los niños sepan que hablas en serio.
- Cuando dices SI, también tiene que ser SI.
- Sé firme pero con amor. Cuando se trate de hacer cumplir las reglas hay que ser bien firme, pero sin sobreactuar, jaja. «Eso no se agarra» Y el niño lo sigue agarrando. Me paro y retiro personalmente al niño y le recuerdo que eso no se agarra. No grito, ni doy manazos. Respiro y hago que se cumpla lo que digo, de buena forma. Y si hace berrinche, de todas formas lo retiro. Si se puede distraer con algo, perfecto, si no, me aguanto el berrinche. Si se me sale el grito o el manazo, ni modo, tampoco me culpo y vuelvo a intentar estar calmada, jaja.
- Se vale pedir disculpas. Cuando crees que la regaste en algo, se vale ir con tu hijo y decirle que te equivocaste, que lo sientes y que tratarás de que no pase otra vez. No tenemos que ser perfectos, ni tener todas las respuestas.
- Haz planes, pero que no te frustre si no se concretan. Cuando están los niños pequeños es muy probable que las cosas no salgan de acuerdo al plan 100%.
- Acepta a tus hijos tal como son. No tienen que ser lo que nosotros queremos que sean. Te puedes sorprender de sus talentos, aunque no te hubieras imaginado nunca que pudieran ser buenos para determinada cosa. Yo no me imaginé que tendría una hija violinista o un hijo dibujante. Como que yo quería más que fueran buenos en los deportes. Claro que tienen que hacer deportes, creo firmemente que es bueno para ellos, jeje. Pero ya no me obsesiono por tener al siguiente Messi. Me han demostrado que sus talentos son otros. Todavía me falta descubrir el talento de uno, pero tampoco tengo prisa.
- Acéptate tal como eres. Yo me he cachado muchas veces queriendo ser diferente … Más organizada, más versátil, más juguetona, más creativa, más, más, más … Pero, ¿guess what? Hay cosas que se me dificultan muchísimo, jaja. Así que respiro, y hago las cosas lo mejor que puedo. Si un día no salen, lo intentaré el siguiente, pero sin presiones y sin querer cambiarme totalmente. (Creo que no está muy clara mi explicación, jeje, pero algo así es la idea).
- «Saber que sobre la ley está el Amor y sobre la justicia está la Misericordia». Esto lo acabo de leer hoy en mis ejercicios espirituales y me encantó. No se los explico, mejor dejo que lo saboreen y lo interioricen como necesiten.
Y bueno, por ahora creo que es todo ;). Si me acuerdo de algo más, lo escribo ;). Y recuerden, esto no es ley, son sólo mis experiencias. No tienen fundamento científico, a menos que cuenten la prueba y error durante 11 años, aplicados a 3 individuos a los que amo con todo mi corazón.
Si tienes algún tip que quisieras compartir, me encantaría saberlo :).
Gracias por llegar hasta aquí de este largo, largo post. ;). Feliz Día de las Madres!
Una respuesta a “¿Qué ha sido para mi SER MAMÁ?”
Hola! me gustan mucho estas historias de vida, y ese compartir hace que las demás mamás no se sientan como locas frustradas porque «solo les pasa a ellas». Me parece divina la experiencia que cuentas, casi que te has potencializado en todos estos años y has descubierto facetas muy valiosas de ti misma.
Me encantó! Saludos 😉