Hola!
Hace varios días que no escribo por aquí. Y hoy, estoy llena de cosas para escribir! Espero poder escribir todo antes de que se me acabe la inspiración. Precisamente lo que me había pasado las últimas semanas, era eso, un poco de falta de inspiración. Siento que en parte es porque me había saturado de cosas por hacer, planes, metas, que por más que quería, no podía sacar adelante. Creo que eso pasa cuando queremos hacer todo a la vez. Pero he aprendido que lo mejor que se puede hacer en esos casos es respirar y pensar sólo en el presente. Claro que el futuro y el pasado siempre están rondando y se apoderan de nuestro intento de silenciarnos, de tranquilizarnos. Pero no hay de otra, hay que ejercitarse para intentar sólo respirar.
¿Qué dijo? Jaja. Me desahogué. Espero que a alguien le haya hecho sentido. Trataré de explicarme en un artículo más adelante :). En este les quiero contar de algo que me pasó hoy.
Conocí a Berlend. Nos vimos tan sólo unos minutos, porque las dos teníamos cosas qué hacer. Pero fue uno de esos encuentros que sabes que tenía que suceder. Fue muy raro, habíamos quedado de vernos a cierta hora, en equis lugar. De pronto, pensé que ya no nos podríamos reunir porque salí tarde de algo que hago los jueves en la mañana, que la verdad no habría podido dejar a medias. Nuestra reunión era muy lejos de donde yo estaba. Y para no hacerles el cuento más largo, ella tenía que ir a un lugar muy cerca de donde yo estaba en ese momento una hora más tarde. Así que nos encontramos a otra hora en un lugar diferente.
Bueno, pero les cuento. Berlend, es una chava que tiene un sueño, el cual me pareció hermoso y del tipo de sueños que yo soñaría. Creo que por eso hicimos click con tan sólo 10 o 15 minutos que nos vimos. Y su sueño, es ayudar a preservar el cacao mexicano. Para lograrlo, se ha traído productos de cacao de Chiapas, para darles difusión por acá (Monterrey). Tiene cacao en grano crudo, tostado, en pedacitos, ya hecho barras de chocolate, dulces y amargos. Uffff! Ahorita les pongo una foto para que vean una muestra de lo que les platico.
En nuestra plática, me dijo algo que me dejó pensando mucho. Me contaba que los jóvenes de Chiapas ya no quieren seguir trabajando el cacao. La razón; muy sencilla … Dedicarse a la cosecha del cacao se asocia con ser indígena y con la pobreza. Dos cosas que ya nadie quiere ser. Y lo de la pobreza lo entiendo. Pero avergonzarse de ser indígena!!!! Creo que también lo entiendo, muy tristemente. Desafortunadamente, vivimos en una sociedad en la que ser indígena es, precisamente, sinónimo de pobreza.
En mi humilde opinión, creo que tenemos una crisis de valores. Ja! Por si faltara que lo dijera.
Los indígenas, representan nuestras raíces. Las verdaderas raíces mexicanas, y deberíamos de estar luchando por ellos, para que no se acaben sus tradiciones, que son en realidad nuestras tradiciones. Yo no sé, con qué nos vamos a identificar cuando ya nadie quiera hablar dialectos o vestir prendas tejidas o bordadas a mano. Cuando nadie quiera nixtamalizar maíz y embarrar tamales. ¿Qué pasará cuando a nadie le interese cuidar un árbol de cacao?
Y por si fuera poco, me contaba que las personas que aún se dedican a trabajar el cacao en México, están teniendo dificultades tremendas para vender su producto. Que otros países de sudamérica ya tienen sus cosechas bien vendidas a importantes chocolateras europeas que SI VALORAN el cacao. Y el cacao mexicano! Ese lo quieren regalado las chocolateras mexicanas. Llegan y quieren pagar cualquier cosa por toda la cosecha, como si les estuvieran haciendo un favor al comprárselas. Los mismos mexicanos, por Dios! Aaaaaaah!
Recuerdo el año pasado, en Septiembre que hice los talleres mexicanos. Cuando nos tocó hacer mole, no encontré un chocolate mexicano decente. Ya saben! Que al voltearlo y leer los ingredientes dijera cacao y azúcar. En sólo uno encontré cacao, en los demás, lo que le daba el sabor era licor de cacao, además de que traían grasas vegetales y lecitina de soya, entre otras cosas que no recuerdo. Pero cacao! No contienen cacao!
Ahí es donde los consumidores podemos ser responsables y ponernos exigentes. Si no nos dan lo que se supone que nos tienen que dar, pues no lo compremos. Y si, ya sé, los productos que si traen lo que se supone que deben de traer son más caros. Y se han preguntado ¿porqué? Bueno, ese es tema para rato. Lo único es que hay que pensarle un poquito más cuando compramos algo. Saber a quién apoyamos con nuestra compra. No digo que en todo, quizá, pero en la medida que podamos, tratar de consumir cosas mejores, de calidad. Aunque sea en menos cantidad ;).
Bueno, para terminar, les dejo este video que compartió Berlend en su fanpage de FB … Chocolate Artesanal Hacienda Napaná
Y abajito, unas fotos de los productos de Cacao, orgullosamente mexicano, hechos con toda la mano.