Primera Comunión.

Hace apenas media hora, mi segundo hijo acaba de hacer la primera comunión. Tengo apenas un momento para sentarme a escribir. Pero no quiero que pase más tiempo, porque siento tantas cosas que necesito plasmar las emociones ahora, como están fluyendo, para que no se distorsione nada.

Dos de mis tres hijos ya hicieron su primera comunión. Es, sin duda, un momento muy hermoso, que para los que somos católicos es muy importante. Es el primer momento en el que estarás en una – común unión – con Dios, así lo explicaba el padre. El primero de muchos, es la idea :). Cada quien, en su religión, deberá de tener momentos importantes, y todos sabremos de qué estoy hablando. Y todas las mamás, sabemos que son eventos como este, los que nos indican, que nuestros hijos están creciendo. Nos recuerdan que sólo somos guías y compañeras para nuestros hijos, que en algún momento volarán con sus propias alas, para convertirse en guías y compañeros de sus propias familias.

Tenía sentimientos encontrados. Justo en el momento en que mi hijo recibía su primera comunión, yo sostenía entre mis brazos a mi sobrinita, de 5 meses. Su olor de bebé me transportó a los primeros meses de mis hijos. Su carita llena de paz mientras dormía me hizo pensar en la paz que debía de estar sintiendo mi hijo. Quise regresar el tiempo y sentir su respiración cerca de mi pecho, justo cuando él tenía 5 meses. Quise regresar el tiempo y tan sólo quedarme viéndolo mientras dormía, sólo eso, sin nada más que hacer, hasta que despertara. Quise regresar el tiempo y haber estado menos histérica en la mañana, por las prisas.

No puedo regresar el tiempo, de eso no cabe duda. Lo que si puedo hacer es aprovechar el tiempo que me queda para poder sentarme en paz mientras mis hijos duermen y tan sólo verlos, pensar en ellos, en cómo han venido a transformar mi vida. Abrazarlos con fuerza, y quedarme con ese abrazo para siempre. Corregirlos menos y disfrutar más de su espontaneidad y originalidad. No siempre estarán 24/7 conmigo, y no quiero que cuando se hayan marchado a hacer sus vidas, sienta que me faltó tiempo para verlos, abrazarlos, disfrutarlos.

Me siento muy bendecida porque siempre he estado muy cerca de ellos. Cuando nació mi primera hija, decidí dejar de trabajar en una oficina y ser mamá de tiempo completo. Nunca me arrepentiré de eso. Sin embargo, con el día a día, las carreras, las miles de ocupaciones, clases, vueltas, y todo lo que hay que hacer, aunque estén ahí pegados, se nos olvida abrazar más, hablar más, reír más. Bueno, al menos a mí, jeje. Hoy lo hago consiente, y eso me sirve para ponerme las pilas y hacer más de lo que a mi familia y a mi nos hace felices. Se fue toda la tensión por llegar a tiempo, por ir bien planchados y peinados. Estoy muy agradecida por todo lo que tengo y por los momentos que me toca compartir con mi familia. A sonreír el resto del día, abrazar más, jugar más, disfrutar más.

Bonito Domingo!

2 respuestas a “Primera Comunión.”

  1. Que lindo! me hiciste llorar. Me hacer pensar en ser consciente de abrazar más y quedarme con esos abrazos para siempre.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: