Hola! Este post se me ocurrió porque ayer estaba tomando unas fotos de unas uvas y se me olvidaron en la mesa. Ya casi era hora de cenar y el más chiquito y quisquilloso de mis hijos andaba rondando por ahí mientras yo veía qué preparar para cenar. Sin que yo me diera cuenta, empezó a comerse las uvas de la mesa, que de buenas estaban lavadas, fiuuuu! Ah! Cómo me hubiera gustado que hubieran sido tomates, jajaja. Así que aquí van algunos tips que a mí, me han funcionado para introducir frutas, verduras, leguminosas, y más cosas saludables de comer, a mis hijos.
¿Cómo le hago para que se lo coman?
1. No les compartas. Así como lo lees, jeje. Prepara algo que te gustaría que comieran para ti, y sólo para ti. Por ejemplo un hummus de garbanzo. Siéntate con ellos mientras juegan y cómete aquello con singular alegría y unas ganas que se antoje. Pero ni siquiera les ofrezcas. Puede ser que la primera vez no pase nada, pero la segunda, seguro preguntan ¿qué estás comiendo? No mientas, contesta exactamente qué es, ni trates de convencerlos de que sabe rico. Tu, indiferente … «Ah! ¿Esto? Hummus.» En algún momento lo van a querer probar, y más vale que esté bueno, que a ti te súper guste. Si lo prueban y no les gusta, tu tranqui, no trates de imponer, pero sigue intentando. Dicen que los niños para que acepten algo nuevo de comer tienen que probarlo varias veces.
2. Llévalo seguido a la mesa o a su plato. Si quieres que coman tomate, por ejemplo. Pon el tomate cortadito y con un poquito de sal de mar (sabe más rico con sal), en el centro de la mesa o en un ladino en su plato, cada que prepares algo a lo que le puedan poner, como quesadillas, taquitos, sandwiches, tostadas o ensaladas. Y por supuesto, tú también ponle tomate a tu comida y disfrútalo. Algún día se animarán a ponerle un poquito.
3. Es lo que hay. Si quieres que prueben algo determinado, no pongas otras opciones que compitan con tu alimento saludable. Esto lo puedes hacer a media tarde, con un snack. Cuando tienen hambre antes de cenar, es buena oportunidad, así si no quieren probar, no te abrumes, ni luches, simplemente, no hay otra cosa. Así, ya sabes que pronto cenarán y no se quedarán sin comer nada. Sólo van a tener que esperar un poco para cenar. Intenta esta estrategia varios días seguidos, con el mismo alimento, o variándole con dos opciones diferentes, un día una y otro día la otra, y repites. Algún día se animarán a probar.
4. El viejo truco. Cómo lo que pasó ayer en mi casa, lo he hecho antes con mis hijos mayores. Deja frutas o verduras listas para comer «olvidadas» sobre la mesa o en un lugar fácil de alcanzar para ellos, como la mesita de la sala. Si preguntan si pueden agarrar, puedes hacerte la interesante, jaja … «Esteeeee, sí, está bien, pero no te las acabes, son para tu papá».
5. Conclusión: Pon el Ejemplo. Sin esto, nada funcionará. Recuerda que somos el ejemplo a seguir de nuestros hijos. Una acción dice más que mil palabras. No puedes pedirle a tus hijos algo que tú no estás dispuest@ a hacer. Si quieres que coman algo que a ti no te gusta, con que autoridad le puedes siquiera sugerir que está rico o que es bueno para el o ella.
6. Busca cómplices. Es más fácil que tus hijos prueben algo si sus primos o amigos lo comen. Plática con tus amigas, júntense y ofrezcan a los niños opciones saludables de snacks, como jícara, pepino o frutas que tu hijo no coma.
6. Si nada de lo anterior funciona, oblígalo, jaja, no es cierto! Si ya has intentado muchas cosas y no hay éxito, ni siquiera una lucecita, habla con tu hijo. Bájate a su nivel (agáchate, que tus ojos y sus ojos estén a la misma altura). Y háblale muy sinceramente, explícale porqué quieres que pruebe aquello que le ofreces, que es bueno para su salud, que le ayuda a sus huesos, a sus músculos, a crecer sano. Sugiérele que le de una oportunidad a lo que con mucho amor le preparaste. Si no le gusta en ese momento, no te enojes, ni sermonees … Paciencia, síguelo intentando. Algún día verás los frutos de tu constancia :). Y sobre todo, escúchalo y respétalo.
7. Si no te queda de otra, disfraza las frutas, verduras, leguminosas, etc. Lo ideal es que prueben los alimentos tal cual son, que lo hagan con conciencia y que los acepten. Pero si les está costando demasiado trabajo o no dan su brazo a torcer, licua las verduras con la salsa de tomate del espagueti o la carnita, puedes rallar y picar la calabaza por ejemplo, y ponerla en la carne molida, hacer muffins de calabacita y zanahoria, manzanas en los hot-cakes, en smoothies … En fin, hay muchas formas de ocultarlas y de que las consuman.
8. Conviértete en su cómplice. Sé flexible, y no trates de alejarlos de toda partícula de comida chatarra. Si están en una fiesta y quieren pastel, permíteselos, sin hacer un escándalo por eso. Los niños son como nosotros, ¿a poco no has comido chatarra alguna vez? El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Pero hay que dejar bien claro que NO es premio, es algo que se dio por la ocasión y ya. No dejes que un dulce o pedazo de pastel te roben el sueño o que se conviertan en una lucha con tu hijo cuando NO es necesario y te preocupas porque la mayoría del tiempo tenga la mejor alimentación posible.
9. Qué participen. No hay mejor manera de interesar a un niño en algo, que involucrándolo. Cuando los niños son creadores de algo, siempre lo aprecian de diferente forma que si sólo les presentas el producto terminado y quieres que se lo coman. Hay una ensalada de frijol negro que hago que presento toda separada, y es elección de cada quien ponerle lo que quiere. Pues en la mesa pongo el frijol negro salteado con cebolla en un plato, y en platos separados pongo tomate, cebolla fresca, cilantro picado, queso panela en cuadritos, elote amarillo, aceite de oliva, aguacate, lechuga cortadita chiquita y crema espesa. Ese día dejo que escojan. Claro que yo le pongo de todo! Y con que ellos le pongan tomate fresco, aguacate y queso panela me doy por bien servida. Pero me han sorprendido agregando cebolla, cilantro y todo lo que hay. A veces los de los prejuicios somos nosotros, hay que dejar que ellos se involucren, verás que te pueden llegar a sorprender ;). (Gracias Maru por recordarme este tip MUY importante).
10. Siembren y cosechen. Yo le debo a la siembra, que mis hijos coman muchas verduras, como por ejemplo, calabacitas, betabel, coliflor y cilantro. Mi hija mayor era de esas niñas que no pueden ver algo verde flotando en la sopa porque ya no la quería. Desde hace algunos años que sembró su primer cilantro en la escuela y lo probó con «otros ojos», ya le gusta! Es increíble cómo le pueden dar una oportunidad a un alimento si ellos han sido participes de su «nacimiento» y crecimiento. Se vuelven mucho más conscientes y menos quisquillosos. El cilantro es una excelente opción para que siembres hasta en una maceta, y es uno de los verdes difíciles de introducir. Inténtalo, si no se lo comen, la experiencia de sembrar y cosechar seguro te servirá mucho al menos a ti ;).
Espero que te sirvan estos tips. Soy mamá de tres, y he pasado muchas cosas diferentes con cada uno. No todo funciona con todos, pero poco a poco irás viendo la forma de cómo llegar a tus hijos. Si tienes otros tips, me encantaría leerlos, deja un comment :). Sigo aprendiendo y buscando formas de cómo dar lo mejor a mis hijos. Un abrazo! Gracias por leer :).
Una respuesta a “¿Cómo le hago para que se lo coman?”
Súper buenos tips!
Los comenzaré a poner en práctica!!