Con este taller y todos los que he dado hasta ahorita, espero transmitirte y contagiarte mi sorpresa, al descubrir lo fácil y satisfactorio que puede ser elaborar productos del supermercado, que quizá ni siquiera te habías preguntado cómo se elaboraban, hasta ahora.

Esto es lo que me pasaba a mí. Simplemente anotaba en la lista del súper: chiles en vinagre, 10 jugos para el lunch de los niños, granola, galletas, etc. Sólo hacía una lista y me lanzaba a surtir lo necesario para subsistir durante la semana.  Desde que tuve la necesidad de envasar al vacío mermeladas hechas con duraznos del patio de mi casa y descubrí que no era nada del otro mundo, y que ni siquiera se necesitaba una fábrica y grandes máquinas para hacerlo empezó esta historia, que gracias a Dios, hoy sigo contando.

Aunado a eso, desde que mis hijos están en la escuela, aprendiendo bajo un sistema constructivista, yo me he vuelto un poco como ellos. Siempre cuestionando, investigando y pensando más allá de lo normal. Ellos son mis grandes maestros. Y en realidad, el sistema es el que se nos acomoda a nosotros, y lo menciono porque no quiero decir que el sistema sea el que nos hizo así, bueno un poquito. Digamos que me he abandonado a la experiencia de ser madre, y he dejado la puerta abierta para aprender de mis hijos lo más que se pueda. Recordemos que ellos aún no están ciclados y siempre tienen preguntas, porque están descubriendo todo. A veces , los adultos sentimos que ya sabemos demasiado y no dejamos espacio a la curiosidad. Cuando tenemos hijos, es como una segunda oportunidad de descubrir, de aprender y de maravillarnos con el mundo que nos rodea.

Ya me salí del tema. Bueno, regresemos al envasado. Espero, de verdad que este taller te guste mucho y te sirva para preparar recetas desde los ingredientes más naturales, desde cero. Y sobretodo, que lo disfurtes con los que más quieres.

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